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La historia de la Dra. Ida P. Rolf

Compilado y editado por la rolfista Hulda Bretones

Es muy interesante notar que la personalidad de la Dra. Rolf y su historia personal de vida estuvieron directamente relacionados con el desarrollo del trabajo que creó y denominó Integración Estructural.

El nombre Rolfing fue inicialmente un apodo creado para el trabajo cuando ella enseñaba en Esalen, California y luego se convirtió en la marca registrada del método de Integración Estructural. ¡Pero vayamos a la historia!

Ida Pauline Rolf nació en el Bronx en 1896. Como dice Rosemary Feitis, la Dra. Rolf, como le gustaba que la llamaran, “tenía gran curiosidad intelectual, vivacidad y energía y nunca temía poner en práctica lo que aprendía para cuidar de su propia salud y la de su familia.

Y fue la necesidad de cuidados con su propia salud lo que la llevó al contacto y conocimiento de la Osteopatía, Yoga y Homeopatía, porque ella también fue una de esas personas que no conseguía ayuda en otros lugares. Estos tres grandes sistemas formaron los fundamentos de su visión y comprensión del hombre (su cuerpo y las relaciones cuerpo-mente-emociones) y también la base para la creación de su trabajo.

Conoció a la Osteopatía muy joven, a causa de una patada de caballo, durante un viaje de vacaciones: desarrolló una fiebre alta que no se le pasaba y el médico del hospital donde la atendieron, insatisfecho, llamó a un joven osteópata. Después de su trabajo con ella, pudo volver a respirar normalmente y la fiebre cedió. Ella tenía una costilla rotada… De vuelta a casa, su madre la llevó al Dr. Thomas Morrison, osteópata ciego, con quien siguió tratándose y con quien entabló amistad.

Ida Rolf se educó en escuelas públicas de Nueva York y en 1916 recibió el título de licenciada del Barnard College y con solo 20 años de edad fue aceptada en el personal técnico del Instituto Rockefeller, NY (ahora Universidad Rockefeller). Así tan joven, ya era una mujer viviendo en un lugar hasta entonces reservado a los hombres.

En 1917 ya estaba participando en una investigación sobre gripe, cuyo objetivo era averiguar si había alguna posibilidad de proteger las células contra la entrada de los virus.

Mientras trabajaba en el instituto, recibió permiso para continuar sus estudios y se convirtió en Doctora en Bioquímica en la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia en 1920.

Todavía a inicios de la década del 20 – a la edad de 24 años – una amiga la introdujo en la homeopatía, que era prácticamente inexistente en la América de ese momento – y una vez más motivada por el cuidado y los intereses personales, obtuvo una licencia del Instituto por un tiempo y fue a estudiar homeopatía en Zurich, Suiza con un cierto Dr. Smith. “Había muchas cosas erradas en mí; tenía un problema de curvatura espinal y no lo sabía. Era pre diabética y tampoco lo sabía. Fui a Suiza con una licencia temporaria del Instituto Rockefeller”. Ella no solo se trató con la homeopatía, sino que aprendió sus principios. ¡En Zúrich estudiaba homeopatía en una facultad de medicina!

A los 25 años se casó con Walter Demmerle.

Durante toda la década del 20, también estuvo participando en un grupo que practicaba Yoga, las posturas de Hatha Yoga, y que también se reunía para discusiones teóricas y conferencias. El maestro era un americano llamado Pierre Bernard.

En 1932nació su primer hijo y en el 33, el segundo. Además de eso, su padre había fallecido y ella, como hija única, debió asumir los negocios familiares. Por lo tanto, ese mismo año Ida dejó el Instituto.

Durante toda la década del 30,hasta principios de la década del 40, se ocupó de los negocios familiares, de los hijos, de sus estudios y practicaba Yoga.

Ida ya sabía por experiencia propia y estudios que la OSTEOPATÍA es un sistema y tratamiento que altera la forma en que los huesos del cuerpo se relacionan entre sí, libera obstrucciones entre las articulaciones y así, aumenta el bienestar. Ese método se aplica muy bien a las lesiones causadas por impacto traumático, donde la mera mecánica de la situación dicta que si hay una costilla dislocada, será difícil respirar. Devolviendo la costilla a su lugar natural, la respiración se normaliza. Un osteópata trabaja para volver a colocar los huesos en sus lugares correctos y/o para mejorar sus relaciones. La premisa básica es: la estructura determina la función.

Con la HOMEOPATÍA, Ida aprendió sobre los poderes de cura inherentes a la persona o al ser vivo, y sobre el proceso de curación, tratando no los síntomas de forma aislada, sino sus causas, a través del reequilibrio de la persona como un todo (problemas o traumas crónicos que involucran también las varias dimensiones de la vida de una persona). Estas dos escuelas contribuyeron a la formación inicial de las concepciones de Ida sobre el cuerpo. Pero la base principal de sus ideas fue el Yoga.

La premisa básica del HATHA YOGA es que el trabajo en el cuerpo de una persona mejora no solo la condición de vida física, sino también la emocional y la espiritual. En términos físicos, las posturas yóguicas aumentan el espacio de las superficies de contacto óseas (articulaciones). El supuesto básico es que el cuerpo necesita estirarse y el estiramiento se conquista con las posturas. Pero el Yoga busca también, si no primordialmente, desarrollar al ser humano como un todo, y su práctica apunta a sacar a relucir las más altas cualidades del hombre, educándolas y desarrollándolas. Fue este aspecto el que atrajo y mantuvo a Ida interesada, primero en su propio desarrollo personal, luego en la educación de sus hijos.

En 1940, al comienzo de la Segunda Guerra, Ida, de unos 44 años, cuidaba de sus hijos, del negocio familiar, practicaba Yoga, estudiaba. Fue entonces cuando, casi accidentalmente, comenzó a trabajar con personas y a desarrollar la IE. Ella usaba técnicas de yoga (posturas) e iba orientando a través del movimiento.

Ethel, su primera “cliente”.

Durante la visita de un amigo, tomando té, Ida comenta el deseo de que sus hijos vayan a una de las escuelas que desarrollaron un trabajo pionero con la música. Charla de la hora del te…Y la esposa del amigo comenta que este trabajo se parecía al trabajo que hacía su hermana Ethel. Ida quiso conocerla. Pero Ethel ya no podía dar clases de piano, pues había tenido un accidente. Ya no conseguía tocar el piano. Pero Ida dijo que le gustaría conocerla de todos modos. Ethel había caído en un hoyo y se lastimó mucho una mano y el brazo. Ida dijo: «Apuesto a que puedo hacer algo con eso». “¿Confías en mí lo suficiente? No empeorará. Hagamos un intercambio. Si logro que vuelvas a enseñar música, ¿enseñarás a mis hijos?”… Ida usó ejercicios de yoga que ella misma practicaba. Después de trabajar 4 veces, Ethel estaba bastante bien como para volver a enseñar música. Y así comenzaría a nacer el IE… Ethel tenía un amigo que necesitaba ayuda y este, a su vez, también tenía otro amigo, y así sucesivamente. Ida enseñaba y orientaba a las personas que acudían a ella para practicar asanas y ejercicios de movimiento.

Al poco tiempo percibió que las posturas no siempre conseguían el objetivo de estirar y separar las articulaciones, que en un gran número de casos ocurria una verdadera contracción de las superficies articulares. E Ida comenzó a tocar las regiones que sus clientes no podían elongar a través de las asanas.

En la búsqueda de mejores soluciones a este desafío, Ida conoció a una joven, a quien llamaba Señorita Brown. Ella aplicaba ejercicios que había aprendido de una gran osteópata de sesenta años, Amy Cochran. En los últimos años de la guerra, cuando Amy Cochran, que afirmaba haber recibido orientación psíquica de un tal Dr. Rush (el médico que firmó la Declaración de Independencia) regresó a California, Ida fue tras ella.

Cruzó el país en coche con sus dos hijos y un gato de pelo naranja. Se quedó un año en California. Regresó y comenzó a aplicar lo que había visto y aprendido: técnicas de manipulación y ejercicios en personas que todavía acudían a ella en su casa.

Una de ellas era Grace. Completamente paralizada en sus principales movimientos, a los 45 años, justo antes de que Ida fuera al curso con Amy, Grace vino a buscarla. A los 8 años se había caído del techo y estaba prácticamente partida por la mitad. Con grandes restricciones de movimiento, no podía agacharse para ponerse los calcetines o levantar el brazo para cerrar una persiana. Al regresar de la formación con Amy, Ida le dijo a Grace que encontraría una solución para ella: «El día que comencé a trabajar con Grace fue el día en que realmente comenzó el Rolfing». Ida miraba y decía: “Esto está fuera de lugar. Y ahora, Grace, ¿sientes que mejoras de esta forma o de la otra? “Así”, respondía Grace. Y de ahí ellas reparaban ese lugarcito. Esto continuó durante dos años. Al final, Grace se levantó y fue sola para California.

Nacía el primer principio de la IE – Rolfing: mover el tejido blando al lugar donde realmente debería estar. Durante los años siguientes, a medida que iba atendiendo a la gente, notó la creación de un patrón en su forma de tocar: tocaba buscando mejorar el estiramiento y el equilibrio de los cuerpos.

En este proceso, durante toda la década del 40, trabajando con sus clientes, Ida Rolf desarrolló la convicción de que el ser humano tiene la capacidad de curarse a sí mismo, pero para eso necesita estar alineado con la gravedad. Aplicando los conocimientos adquiridos (del Yoga, la Osteopatía, la Homeopatía y otros) y sus insights, ella descubrió que la postura humana, cuando se examina cuidadosamente, revela los estados fisiológicos, emocionales y psicológicos del individuo, y que cualquier estado puede mejorar cuando el cuerpo está estructuralmente integrado.

A principios de la década del 50, Ida, de 54 años, en invierno, fue a estudiar Semántica General, fundada por Korzybski, y conoció a Sam Fulkerson, quien había conocido personalmente al fundador y también enseñaba esta metodología, de la aplicación de principios de ingeniería al lenguaje. Sam fue quien la llevó a enseñar el trabajo que desarrollaba. Intuyó que la manera de hacer progresar el Rolfing era enseñándolo, e incluso patrocinó las dos primeras promociones. Profesores especializados enseñaban Anatomía, Kinesiología, Fisiología, y luego Ida enseñaba su práctica y los principios subyacentes.

Se presentaron nuevos desafíos. Los primeros alumnos de esas clases eran quiroprácticos y osteópatas, quienes luego se hacían cargo del trabajo y lo utilizaban como auxiliar en sus actividades. Querían adoptarlo dentro de su actividad quiropráctica u osteopática.

A Ida no le gustaba. Pero eso era lo que tenía por el momento. Dijo: “Cuando se empieza de cero, se empieza de cero y, palabra de

honor, es mucho trabajo. Das tu alma, tu sudor, tu ingenio y no prestas atención a nada más”. Estos quiroprácticos y osteópatas de la época consideraron el trabajo sólo como una técnica, no como un método basado en principios, en una visión. Ida ya había llegado a la conclusión de que el punto no era curar los síntomas, sino que los síntomas desaparecerían a medida que los organismos se equilibraran – el cuerpo todo. Otro aspecto fue el de exalumnos que salían a dar clases y ofrecían sesiones a la cartera de clientes de Ida, como sucedió en Inglaterra.

A fines de la década del 50, Ida ya había enseñado y capacitado a Rolfistas en EE. UU., Canadá e Inglaterra y en esa época solicitaba a los estudiantes que firmaran un contrato.

En 1965 conoció a Fritz Perls(fundador de la terapia Gestalt) en Esalen. El fue a ver a Ida, por recomendación de una Rolfista. Tenía antecedentes de infartos. A partir de entonces, todos los veranos Ida iba a Esalen, Big Sur (entre San Francisco y Los Ángeles).

En 1969 se llevó a cabo la primera investigación sobre los efectos del Rolfing.

En 1970, la oficina de Rolfing funcionaba en una camioneta. En 1970 también tuvo lugar el primer encuentro de Rolfistas en Esalen (40 en total), que se repitió todos los años. Se formó la liga de rolfistas (Guild of Structural Integration), para que los Rolfistas se pudiesen comunicar a través de un centro. Esto dio origen al Rolf Institute, en Boulder, Colorado fundado en 1971 – RISI – Rolf Institute for Structural Integration.

En 1976, el número de Rolfistas (180) era suficiente para dar a la Dra. Rolf los subsidios necesarios para su subsistencia, a través de las cuotas mensuales pagadas al Instituto.

En 1979, con 83 años, la Dra. Rolf falleció. Dejó un legado de aproximadamente 2.000 practicantes certificados de Rolfing (datos de 2010), el Rolf Institute en Boulder (RISI), Colorado, y todas las Asociaciones vinculadas a él (actualmente en Europa, África, Japón y Brasil).

En 1981 – Pedro Prado regresa de Estados Unidos. Es el primer Rolfista brasileño. Otros también hacen la formación, personas que habían sido sus clientes. Juntos fundan la ABR el 20 de diciembre de 1988.

En 1990, un grupo de Instructores y Rolfistas (y desde entonces, solo Integradores Estructurales) se separaron de RISI para fundar GUILD –

Integración Estructural, escuela que perdió el derecho de uso de la marca Rolfing®, propiedad únicamente de RISI y de escuelas de asociaciones legalmente vinculadas a ella.

Actualmente hay aproximadamente 24 escuelas que enseñan Integración Estructural, cuyas pautas y reglas son mantenidas por una organización de miembros asociados, llamada Asociación Internacional de Practicantes de Integración Estructural (IASI).

“Rolfing – Integración Estructural es la teoría y práctica de organizar al Ser humano en el campo de la gravedad a través del tratamiento manual (altamente específico y desarrollado) de la red de tejido conectivo y de la educación del movimiento.

El Rolfing se diferencia de otras prácticas somáticas en dos de sus premisas fundamentales: primero, que el equilibrio físico, la fluidez y la gracia, así como el bienestar personal, requieren una adecuada adaptación al campo de la gravedad, y segundo, que el órgano fundamental de la estructura es la fascia.

De acuerdo con estas premisas, un Rolfista aborda las quejas crónicas de mala alineación y las molestias musculoesqueléticas con la perspectiva de que la desorganización o malestar postural del cliente son apenas una manifestación de una disfunción más generalizada; y que si la postura y la calidad del movimiento mejoran, es probable que sus quejas se resuelvan espontáneamente. Por lo tanto, los Rolfistas abordan el cuerpo (y la persona) como un todo, en lugar de centrarse en aliviar la zona de malestar”. – Monica Caspari

– Mónica Caspari Compilación y edición: Hulda Bretones

Fuentes:

– “Ida Rolf fala sobre Rolfing e realidade física”, organização de Rosemary Feitis, Summus editorial;

– Conversaciones con Rolfistas;

– Articulo: A Brief Talk About Ida Rolf, by DEMMERLE, Alan – en

www.pedroprado.com.br

Foto da Dra. Ida Rolf